HACERSE TRAILRUNNER

10092Correr es un acto simple. Dar un paso tras otro, un pie delante del otro lo más rápido posible. Aprendemos a hacerlo desde niños. Además es un acto que nos da libertad ya que nos permite escapar del que nos persigue en nuestros juegos, alcanzar antes lo que nos ofrecen, llegar más rápido a nuestro destino,…Con el tiempo, hay personas que lo convierten en el método de mantener la salud, otros en la manera de superar retos y otros simplemente en un método más de socializar con sus congéneres. Personalmente pienso que, además de esto todo, el Trail tiene el potencial suficiente como para convertirse en una filosofía de vida.
Seguramente, hace siglos, lo que ahora llamamos Trail era un medio indispensable de llevar mensajes, desplazarse de un lado para otro y de relacionarse. Por eso, los que lo hacían, no se planteaban si nacían o se hacían corredores de Trail. Para mí, en la actualidad, el TrailRunner se hace. Aunque, probablemente, en algunos sitios de la Tierra, recorrer caminos a pie sirva todavía para los antiguos fines de comunicación, negocio y relación social, el modus vivendi de la sociedad en nuestros días tiene medios y métodos más eficaces, rápidos y eficientes que el desplazamiento a pie. Y correr es, ahora, solo un deporte que muchos practicamos a manera de hobby y unos cuantos como profesión.
La mayoría corremos por los lugares que tenemos más a mano. Los que vivimos en la ciudad, lo hacemos por asfalto o caminos cercanos; los profesionales usan el tartán de una pista para exprimirse. Los que viven en un pueblo suelen usar pistas forestales y caminos agrícolas para ejercitarse. Y eso es perfecto hasta el momento que decides que para ti correr, imprimir a tu cuerpo un movimiento rápido, repetitivo y ágil, es un método no solo de encontrar el bienestar físico sino también mental.
Ese bienestar, normalmente, lo alcanzamos cuando terminamos un entrenamiento o una competición y lo hemos dado todo. Pero durante su realización hemos sufrido, hemos llevado al cuerpo al límite y la mente únicamente estaba pendiente de la ejecución eficiente del movimiento a gran velocidad.
Yo un día me cansé de eso. De solo disfrutar del bienestar después de haber sufrido.
Y de repente, me encontré con que había gente corriendo por montañas, escalando picos vertiginosos a velocidades vertiginosas. Algunos incluso lo hacían sin cronómetro, sin dar importancia al tiempo final, sino al tiempo del transcurso. Algunos de los mejores, eran capaces de aplacar el ego y compartir la gloria del escalón del pódium con el corredor que les había acompañado durante el camino. Y cuando respondían preguntas de los curiosos decían que lo único importante es que habían descubierto un sitio aquí y otro más allá que les tenían fascinados, que lo realmente importante no es el resultado sino el camino por el que vas y con quien lo recorres.
Entonces me di cuenta que además de disfrutar que para disfrutar del “durante” es muy importante el camino que eliges. Y, aunque es la misma actividad, correr por montaña no tiene nada que ver con hacerlo por otras superficies.

Primero empiezas probando por cortafuegos, pistas y sendas estrechas. Pero cuando llevas un tiempo haciéndolo, notas una inquietud interior que te pide que pruebes fuera de lo marcado. Y de repente un te encuentras que un placito trote por la pista de siempre se convierte en un zigzag constante entre pinos, hayas, en un trepar por riscos, en la búsqueda de la cresta mas aérea, en abrir rutas nuevas… Y también llega un día en el que te hartas de ir pendientes del crono y empiezas a dejarte llevar por tus sensaciones corporales y mentales hasta que de repente te reencuentras con sensaciones, emociones y experiencias olvidadas.
Cuando llega ese momento, ya te has convertido en un Trailrunner.
El primer día que salí a correr por el monte que rodea mi casa, hace aproximadamente unos seis años, algo cambio en mí. Lo que sentí no me sorprendió.
Llevaba muchos años haciendo deporte como mucha gente: en un gimnasio, en la piscina, en el asfalto…todo valía con tal de sentirme en forma y parte de algo.
Por mi trabajo siempre he necesitado estar tener una condición física aceptable pero durante casi diez años me descuide mucho y no solamente me di a la mala alimentación y sedentarismo sino me convertí en lo que nunca había sido, un urbanita.
Aquella salida me dio la oportunidad de empezar de cero. Y a los pocos meses encontré la ocasión para llevar a cabo la metamorfosis sin disculpas. En 2011 dispuse de 6 meses que aproveche para transformarme.
Un año antes de ese periodo había tenido conocimiento de los récords y victorias de Kilian Jornet. No tenía ni idea del mundo de las carreras de montaña ni de la ultra distancia. Comencé a leer y a interesarme, más que por sus resultados, por su filosofía de vida. Me impacto que alguien nacido casi en el siglo XXI, tuviera unos principios tan claros y alejados de la tónica habitual de nuestra sociedad avanzada. Un chaval que disfrutaba más corriendo y saltando por el monte que con una video consola. Fue entonces cuando intuí que el deporte que él practicaba tenía que tener algo más que tiempos y récords para no necesitar nada de la modernidad y, tal y como él aparentaba, sentirse pleno y feliz.
Además de trabajar, durante esos seis meses pude entrenar como no lo había hecho en mi vida y leí todo lo que encontré en internet y en publicaciones sobre carreras de montaña, nombres relevantes, pruebas de renombre, entrenamiento, alimentación,… y, poco a poco, aconteció la transformación. Tras seis meses conseguí perder 15 kilos, adquirir una forma física como nunca había tenido. Dispute mi primer Trail y descubrí porque todos los corredores que se ponen en la línea de salida de un Trail, sin excepción, tienen una sonrisa en la cara a pesar de saber que le esperan horas de sufrimiento físico. Porque el Trailrunning no es solo correr, no es solo llegar el primero,…, el Trailrunning es emoción, pasión, compañerismo, … es una experiencia vital condensada en unas horas de esfuerzo.
Empecé a participar en pruebas y sentí la adrenalina de llevar un dorsal. Pero no la adrenalina competitiva, sino la que surge de la emoción que te embarga cuando estás ante un reto desconocido, compartido, que no sabes lo que te depara el camino ni cómo responderá tu cuerpo y tu cabeza. Poco a poco la distancia de esas pruebas fue aumentando porque me di cuenta que lo más gratificante para mí era estar horas en medio del monte y si me dejaba el reloj y el móvil en casa mayor era el disfrute.
La carrera más larga y más dura que he realizado hasta ahora, la he realizado sin cronómetro. Solo sintiendo mi cuerpo, el camino y viendo como el sol salía y avanzaba a mi lado.
Ese día me di cuenta de que no era un corredor solamente sino que me había convertido en un TrailRunner. Ese día decicí que, con cada paso por la montaña, recuperaría todas aquellas sensaciones, sentimientos y experiencias que el mundo tan absurdo y fugaz en el que vivimos me había hecho perder.

Autor: morituritesalutant1977

ESTE FORO LO DEDICARÉ A EXPONER LO QUE PIENSO, SIENTO Y EXPERIMENTO MIENTRAS PRACTICO UNA DE MIS PASIONES: MOVERME POR LA MONTAÑA.

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